El futsala es un fútbol de pequeño campo, cubierto en sala, que comparte con el balonmano la intención goleadora y el perímetro del área, pero cuenta con la dificultad añadida de que se juega con el pie y de que las presiones suelen ser a todo el campo. Hay que ser hábil desde la defensa para subir el balón sin que te atrincheren en tu propia portería. No sólo avanzar, también defenderse del ataque, con pases tensos y rápidos, con paredes trenzadas en corto y en largo, con regates que parecen de dibujos animados. Eso hace que su dinámica sea extremadamente audaz. Los pies se vuelven inteligentes cuando tienen que pensar en tan poco tiempo, cuando las decisiones y las líneas de pase se ven abreviadas por el espacio. Un deporte en el que no existen las posiciones demasiado fijas porque su esencia es el mucho movimiento sin balón y los jugadores discurren por el pavimento como moléculas, viniendo y llegando al desmarque, apoyándose los que suben por los que bajan. Es frecuente pisar el balón, como un gesto casi de autodominio, y en su habilidad hay un gesto más que propicio al engaño, ya que las fintas se hacen por las dos caras del pie, y nunca está muy claro por dónde va a salir el dribling.

 

A causa de mi empleo como conserje en el pabellón La Constitución, he sido testigo en los últimos años del nacimiento y evolución de este deporte en el municipio. Deporte que no había tenido más representación que algunas liguillas organizadas a nivel local. El empeño federado exige sin embargo un planteamiento encaminado a la especialización y a la mejora, un objetivo que requiere estructura, planificación y entrenamiento. Disfruté del baloncesto como jugador en mi juventud y conozco los beneficios de pertenecer a un club deportivo. Por eso sé que es riqueza lo que nace de ahí, y creo que hay que aplaudir las iniciativas que construyen lugares donde luego son muchos los que se divierten.

 

En el año 2011, Marcos Fernández y Alberto Irigaray pusieron remedio a este vacío del fútbol sala en Quart de Poblet. Son ellos su alma mater, los que lo fundaron movidos por el gusanillo de la inquietud por jugar. Hablaron con Vicente Tomás, el técnico de deporte, y aprovechando que se había inaugurado el Pabellón La Constitución, éste les entregó las llaves de su nuevo Club.

 

Adrián, o Adri como lo llaman los paisanos, fue uno de los chicos que se acercó al Club cuando este abrió sus puertas, como así lo cuenta él mismo:

 

«En busca de un mayor grado de seriedad y competitividad dejamos las ligas de empresas y decidimos probar suerte en el nuevo proyecto que se estaba formando en Quart, presentándonos a las pruebas de selección y finalmente siendo aceptados».

 

Adri es un chico al borde de la treintena, aunque con cara de semi niño, implicado en lo que hace, en lo que hace y con quién lo hace. Me sigue contando:

 

«Empezamos en lo más bajo, la segunda regional. En el tercer año subimos a primera regional como campeones, en el quinto subimos a preferente también como campeones y en el séptimo ganamos preferente y subimos a tercera división nacional”».

 

El porqué de esta progresión tan meteórica es el resultado de una participación profunda, de largo recorrido, unido a una suma bien concentrada de talento. Los pupilos que empezaron jugando sin ninguna experiencia federada, pronto se hicieron con las bases del juego y desarrollando aún más sus habilidades crearon un bloque sólido, lleno de jugadores que brillaban pero que estaban al servicio del conjunto. El año pasado ficharon a Luís Manjón, un entrenador de contrastada trayectoria que cuenta por calvas su veteranía, y los resultados no se han hecho esperar con el ascenso a la tercera División, a sólo tres peldaños ya de la Liga profesional.

 

Adri es un chico de lo más cordial. Disciplinado en las formas, pero atento con las personas. Preparado para la batalla, pero sabiendo firmar también tratados de paz. Lo veo jugar con la cabeza alta, el porte de un romano o de un gladiador respetuoso, y el empeine siempre abierto hacia el desmarque de sus compañeros.

 

Como curiosidad, Adri marcó el primer gol en partido oficial de la historia del club, y el primer gol del Tercera Nacional en la actual temporada. Una puntería anecdótica que puede dar cuenta sin embargo de su falta de miedo a la hora de abordar los desafíos, a la hora de avanzar hacia las puertas que hasta entonces aún estaban cerradas:

 

«Empecé siendo únicamente jugador, ya desde la primera temporada fui elegido capitán por mis compañeros, hasta el día de hoy. En el 4º año y con el nacimiento de nuestras categorías base empecé a llevar el equipo cadete. A su vez creció notablemente mi aportación a funciones más extradeportivas, hasta que el 5º año entré a formar parte de la directiva como vocal, en el sexto como vicepresidente y coordinador y en el séptimo como presidente, desempeñando las funciones de un club que se compone de 2 equipos seniors, un juvenil, un cadete y un infantil».

 

Él cogió el testigo de sus antecesores y junto a otros que le acompañan desde el principio está convirtiendo el club en una razón para celebrar, ya que son cada vez más los seguidores que se acercan a verlos, y los chicos que quieren seguir aprendiendo desde sus filas.

 

Equipo senior del Futsal Quart en sus orígenes
Equipo senior del Futsal Quart en sus orígenes

No así las empresas o pequeños negocios que los avalan, ya que a pesar de la proyección admirable del equipo han estado prácticamente huérfanos de patrocinador y actualmente cuentan con la única ayuda del Ayuntamiento. Cómo se hace tanto con tan poco es una pregunta que deja abierta la cuestión de qué podrían hacer con un poquito más.

 

 

Aliança Quart de Poblet, un nuevo club que nace del otro.

 

Porque no acaba aquí la historia de este deporte en el pueblo, ya que otro proyecto se estaba gestando en la sombra casi desde el principio.

 

Rubén, o raspi, mote que le pusieron en su infancia porque era como una raspilla de pez, es un chaval sólo dos palmos más alto que pulgarcito, pero con una de esas pisadas que hacen girar el mundo de tanto caminar por él. En el año 2012 había vuelto a Paterna destinado con el ejército y recuperó una idea que le venía rondando desde que era un chaval, crear un club de fútbol sala en Quart. Ahora, que estaba otra vez en casa, era su momento. Junto a su compañero y amigo David Faus, acudieron a Vicente Tomás y le contaron sus pretensiones. Este les contestó que ya se había creado un club el año anterior y lo redirigió a ellos, así que Rubén y David se integraron en el proyecto vigente, el Futsal Quart, con Rubén en funciones de jugador, entrenador y vicepresidente, y Faus como jugador y capitán del segundo equipo.

 

Pero tras estar allí alguna temporada la cosa no cuajó. Faus se fue. Rubén se quedó, pero por poco tiempo, ya que futuros desacuerdos con el resto de la directiva lo decidieron a independizarse, y de su mano organizadora nació en el año 2015 el Aliança Quart de Poblet, club en el que tiene una representación múltiple, ya que hace labores de entrenador, jugador, utillero, scouter, correveidile, encargado de los balones, persona que siempre está para todo...

 

Con los jugadores que se desgajaron del Futsal Quart y que eran fieles al proyecto de Rubén, más otros que llegaron movidos por su capacidad para la convocatoria, ya había en la temporada 2016/2017 un Club formado por un senior A, un senior B, un juvenil A y un juvenil B. 

 

Entre tanto, Rubén llamó a Faus y le dijo que había creado lo que en su día intentaron ambos: tener un Club de fútbol sala. Lo repescó para sus filas y Faus es ahora una pieza inestimable en la coordinación y dirección del Club, además de jugar como capitán en el primer equipo.

 

La temporada pasada, la 2017/2018, Rubén también fichó a Paulinho, un brasileño con gran experiencia y conocimiento del juego que venía excepcionalmente avalado para dirigir y proyectar a los equipos seniors. Paulinho había hecho su carrera como jugador profesional en equipos de la máxima categoría, habiéndose coronado dos veces Campeón de Europa. Era un maestro que llegaba. Observador, tranquilo, democrático, cree que el entrenamiento cuanto más jugado mejor, lo cual corrobora para mí que entiende y sabe lo que se hace. Con él se reparte Rubén las tareas deportivas y de su impulso llegó la temporada pasada el ascenso del primer equipo a primera regional.

 

Rubén, que tiene más contactos que un político, también trajo este año para el equipo a unos cuántos jugadores nuevos, incluyendo a un fichaje estrella, Cayetano, que fue segundo máximo goleador de la primera regional el año pasado y tiene un instinto asesino de serie de televisión. Equipo que también cuenta con el Vizcaíno, que hace funciones de guardabarros, pues es uno de los mejores porteros de la categoría. Con un buen portero y un buen delantero, los demás jugadores tienen espacio para crecer, como así lo demuestran cada semana. Me juego un euro a que este año les espera un nuevo ascenso.

 

Y es que en la presente temporada, la tercera de su historia, ya le han vuelto a crecer los enanos a Rubén, y el club cuenta con siete equipos, tres más que la temporada anterior: senior A, senior B, senior femenino, cadete, infantil A, infantil B, y alevín (equipo este último que juega en una liguilla local). 

 

Equipo senior del Alianza Quart de Poblet en la actualidad
Equipo senior del Alianza Quart de Poblet en la actualidad

Visto así, desde esta perspectiva multiplicadora, podría pensarse que Rubén quiere crear un sistema para autofinanciarse, algo así como una multinacional del pequeño club deportivo, aunque la finanza que él recoge es que no para ni un momento quieto. Le gusta lo que hace y tiene algo de loco entusiasta, con una cara de broma que contagia sonrisas y quizá por eso son tantos los que quieren caminar con él. Es verdad que no le falta empuje, aunque igual que al Futsal Quart, no sean patrocinadores lo que le sobran, más allá de la financiación que les asiste por parte del Ayuntamiento.

 

 

Adrián Gallego en nombre del Futsal Quart, y Rubén Sanclemente en nombre del Aliança Quart de Poblet, son dos ejemplos de personalidades expansivas, representan esa parte de nosotros que siempre quiere ir un poco más allá. Han colaborado a construir dos edificios vecinos en un solar que hasta hace poco tiempo estaba en ruinas. Dos clubs que crecen hoy día cada uno a su propio ritmo y que no dejan de mirar hacia delante.

 

Pero no sólo han impulsado sus respectivos proyectos con rectitud de directivos y una capacidad admirable para aglutinar gente, también son ejemplo de templanza y carácter conciliador, ya que dos secciones que en su día estuvieron enfrentadas por pequeñas polémicas, hoy se dan la mano como dos clubs hermanos que comparten casa y se ofrecen la buena mejilla. Tanto Rubén como Adri saben que te rebota la alegría cuando haces cosas por los demás, que cuando te proyectas hacia los demás eres tú el que te enriqueces, y que no hay motivos para enfrentarse si lo que se pretende es una competición limpia. Se suben al carro de la ganancia, cuentan porque suman y no restan en nada. Son los dos presidentes del fútbol sala en Quart de Poblet.